lunes, 10 de febrero de 2014

Supervisando las etapas de la Vuelta a Bizkaia Master

Como dice Alejandro Sanz en una de sus canciones, "Vengo del aire...". Esa fue la tónica del entrenamiento que el equipo Master palentino realizó al día siguiente de su debut en Artziniega. El viento y la tortura a la que Miguelín nos sometió, hizo que el entrenamiento fuera duro no, lo siguiente.
A las 9 de la mañana con una temperatura suave y sin la amenaza de la clásica lluvia que por aquí suele aparecer, nos pusimos en marcha dirección Castro Urdiales con la inestimable ayuda de Magín que nos siguió con la furgoneta todo el entrenamiento. No tiene precio este nuevo técnico que nos hemos echado. Desde el km 1 el ritmo fué fuerte propiciado por los clásicos arreones del platos y Angel. Esto dinamitó las ganas y ya no se bajó el ritmo.

Ni un solo llano, Subidas y mas subidas y Miguelín como si no hubiera corrido el día antes, con ese ritmo machacón que te hace sucumbir en todas las subidas. David Alonso era el que más cerca estaba de él en todas las subidas.
A mitad de entrenamiento parada a la coca-cola en el mítico bar de Josetxu en Guriezo. Lugar de reunión de cientos de ciclistas cada día. Aquí te puedes encontrar a los David López, Camaño, Madraza y a muchos Master Pro Tour.

Proseguimos la marcha a un ritmo endiablado, y en la subida al Peso, entre Miguelín y Canario pusieron las cosas muy duras, el ritmo de la subida no bajo de 30 km/h realizando unos últimos 500 m  a mas de 40. Los ojos todavía están allí. Bezi, Humaran fueron los siguientes altos que no se subieron precisamente despacio.

Y de remate cuando ya estábamos casi en casa y con 115 km en las piernas, encaramos el monte Argalario. Una subida durísima al lado de Barakaldo, de 8 km de longitud con rampas del 16% muy constantes y un promedio altísimo. Esta fue nuestra tumba, por lo menos la de algunos. Ángel que se había reservado los últimos kilómetros lanza un ataque en las primeras rampas durísmo, David y Miguelín se van a por él, lo cual no les resulta facil y tardan unos kilómetros en darle caza. Miguelín aunque dice estar muerto nos jode a todos.

El calvario fue para Raul y Canario, a los cuales les estaba esperando en una curva el Tío del Mazo y les atizó de lo lindo. Subieron como zombis y encima cuando llegan a la cima, el temporal que está azotando las costas Vascas despierta y las rachas de 100 km/h que arriba azotan, se lleva por los aires a Raul y Canario. Menos mal que aterrizaron en la campa que estaba blandita. Canario ya no se levantó y Raul intentó acabar la subida andando, pero ni aún así. Como podéis ver en las fotos, Miguelín tuvo que bajar a rescatarle y aun así el fuerte viento se llevaba la bici por los aires. Increíble.

Buen entrenamiento preparatorio para las carreras venideras que recuperamos en el ya clásico wok de Barakaldo, casi nos tienen que echar los chinos. Entre Miguelin y Magin yo creo que se comieron 40 profiteroles.




















 









 



 



 



















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